PRUEBE SU PROPIO ALIENTO

En primer lugar, NO revise su aliento soplando en su mano...
Esto no funciona. Sus sentidos están acostumbrados al olor de su mal aliento. Su cuerpo está diseñado para que usted no detecte su propio olor. Es un proceso llamado aclimatación, que hemos desarrollado durante siglos de evolución, esto nos ayuda a poder distinguir olores extraños rápidamente sin sentirnos abrumados con nuestros propios olores particulares. Usted respira su propio aliento constantemente, así que está acostumbrado a su propio olor. Sople todo el día y quizá no huela nada, incluso si las personas se alejan de usted lentamente.

Aquí tenemos 6 formas efectivas de revisar su propio aliento en casa:

1. La prueba del algodón: Limpie la superficie de su lengua con una pieza de gasa de algodón y huélala. Ésta es probablemente la forma más honesta. Además, si advierte una mancha amarillenta sobre el algodón, es probable que tenga un nivel elevado de producción de sulfuro.

2. La prueba de lamer: Lama el dorso de su mano. Deje secar durante 10 segundos y después huela. Si percibe un olor es probable que tenga un trastorno del aliento debido a que las sales de sulfuro de su lengua se transfirieron a su mano.

3. La prueba del hilo dental: Pase una pieza de hilo dental entre sus dientes posteriores (éste es quizá el lugar más probable donde puede quedar atrapada comida) y después huela el hilo. Ésta puede ser una indicación del nivel de olores que otros detectan.

4. La prueba del espejo: Colóquese frente al espejo y saque su lengua lo más que pueda. Si observa que la parte más posterior de su lengua es blancuzca, éste puede ser un signo de que tiene mal aliento.

5. La prueba de observación: Juzgue la reacción de otros cuando interactúa con ellos. Después de usar los productos de TheraBreath, nuestros pacientes nos dicen que ya no les ofrecen goma de mascar y mentas, y que las personas ya no se alejan de ellos. Esto cambió significativamente su confianza y mejoró sus vidas.

6. La prueba de preguntar: Pregunte la opinión de alguien en quien confíe (un buen amigo, una pareja, incluso sus hijos). Pídales que revisen su aliento varias veces diariamente debido a que los cambios en el aliento ocurren a lo largo del día.